Conociendo a la competencia

Al trabajar dan dinámicamente con el estudio de fotografía, le había despertado la curiosidad. El caminar por un lugar de tantos cambios era misterioso y le daba un poco de interés saber con quien se podría encontrar en un lugar así.

Catrina caminaba con una ropa mucho más ligera de lo normal, unos jeans negros en tubo, sandalias y un top gris.

El ritmo coqueto de una samba se le escapaba por los labios y jugaba con el aire, casi y bailaba al ritmo de la música, memorizando los nombres de los estudios que habían en ese sector.

Antes de empezar su misión, Andec debía conocer más de la ciudad, así que decidió caminar un poco. Iba vestido con una sudadera azul marina, en la espalda de esta, el escudo de Londres una impresión con márgenes blancos, al frente la frases <domine dirige nos> impresa del mismo color claro, pantalones de mezclilla, tenis blancos. En su cara unos lentes cubrían sus ojos. Un par de audífonos salían de la sudadera, cuales al momento no reproducían ni un sonido. El chico caminaba recordando cada lugar, memorizando cada nombre de los locales, edificios y calles. Inconscientemente sus pasos estaban siendo dirigidos por el sonar de esa tonada, rítmica. Andec mas que recibir el sonido de los labios de ella, percibía la tonada de su mente, el la empezó a seguir sin percatarse de ello.

Por unos minutos no se percató de nada lo que ocurría, más que de su paseo y el ritmo brasileño. Pero después, por el ritmo constante del caminar de alguien siempre atrás de ella, se preocupó un poco, más bien, preocupándose por la seguridad de este, ya que si intentaba atacarla, podría irle mal, ya que no estaba de humor de manipular nada.

Por lo mismo, sutilmente se comenzó a alejar de la ruta directa, para darle oportunidad de retirarse, pero obviamente todo esto era reacción mecánica, ya que tanto su mente como su cuerpo, continuaba en la música alegre y llena de energía, hasta en su mente se podía visualizar bailando y disfrutando del ritmo.

Su cuerpo se detuvo muy lentamente, hasta detenerse en la escalinata de una casa y se sentó en las gradas, con vista a la calle y continuó cantando, con una dulce sonrisa atrayente en sus labios.

Su caminar la seguía, en cada vuelta, en cada virada. El chico estaba perdido en la música, poco a poco se alejo de ella pero aun así siguiéndola. Ella lentamente se detuvo, sentándose. El siguió caminando al momento de cruzar frente a ella, sus audífonos empezaron a reproducir una estruendosa melodía, Andec saliendo de su transe, frunciendo el seño por el ruido mmm… ¿me perdí? observa su alrededor desorientado, preguntándose que había sucedido y como le ocurrió a el, el ambiente de esta ciudad lo hacia comportarse de otra manera. La canción que otorgaba el MP3 lo empezó a molestar, quitándose los audífonos. Esa tonada rítmica llego nuevamente a sus odios, empezó a buscar, dando con ella, cruzando su mirada, observando su sonrisa. Iba a dar un paso en dirección a la música pero se detuvo, se dio cuenta que lo veía y desvió su vista. Estaba algo apenado. Empezó a observar a la gente caminar, a los carros, trato de no concentrarse en la música, pero… sin moverse.

Nota el cruzar del pequeño, lo sigue con la mirada porque le extraña ver a un joven solo y con una apariencia, como si saliese de un entorno diferente al que debería un chico de su edad. Sus labios bajan el ritmo animado, cambiándolo por una balada atrayente, suave y romántica, que recordaba la caricia de la piel con el amor. Al notar al joven perdido, se inclinó un poco adelante, apoyó sus codos sobre sus rodillas, su rostro sobre sus manos y con una pequeña sonrisa, levantó su voz para que lo escuchara.

- ¿Qué pretende un joven perdido, quedándose parado? -le dijo con un tono alegre, mientras su cuerpo demostraba cordialidad y lo invitaba ha acercarse.

Tratar de pasar desapercibido y aparentar mi extravío, tratando de buscar algo que me oriente Andec menciona en automático, sabiendo que la pregunta se dirigía a el, se apena aun mas, su vista aun estaba en los autos y la gente, luego da un ligero suspiro, volteándose asía ella, viéndola, acercándose un poco Disculpe si la moleste, no era mi intención seguirla. Disculpe Andec agacha la mirada, apenado, pero pidiendo una sincera disculpa. Se incorpora y la observa, ella se le hacia un poco familiar, ¿la había visto antes? Una imagen, una pintura… talvez.

Le sonrió con dulzura y le invitó a sentarse junto a él con un gesto.

- Palabras muy formales para un jovencito de tu edad ¿No crees? -le dijo, pero sin ser grosera, sino alagándolo- algo que ya no se ve, cuando yo era niña, solo tres niños más que yo, eran así -compartió con él.

Al notarlo algo nervioso, le pareció tierno, pero era de esperarse, con la edad que tenía, ya reparaba en las mujeres y debía ser raro que una desconocida hable con él de la nada.

- Descuida, a veces olvido que la música atrae a algunos como a las serpientes. A mi me ha pasado, he sido la serpiente, esta vez fui la encantadora de serpientes y creeme, si jovenes como tú me siguieran siempre, no me molestaría nunca.

Acepta la invitación sentándose a lado de ella, cogiendo un poco de confianza. la formalidad debería de ser para todas las edades y el saber ocuparlas en los momentos oportunos, pero como entre niños, solo se preocupan por jugar y divertirse, se les olvida. Menciona y escucha lo compartido, sonriendo oh me siento mas aliviado, pensé que la moleste, yo no soy asi, yo nunca acosaría a una dama y vuelvo a pedirle disculpas Andec, se percata de las ya varias disculpas, espera no molestarla con eso y es cierto, la alegría de esa tonada, hiso que me perdiera, y la siguiera. Andec observa al frente, al otro lado de la calle dos pequeños locales se divisabas, un café y una heladería. ¿Aceptaría que le invitara un café o un helado, como disculpa de mi odensa?

Le acaricio el cabello y suavemente la mejilla, el muchacho le parece encantador.

- Acosar -murmura y niega divertida- No, esa es una fea palabra -le dice- no me parece que un jovencito como tú haga eso o se pueda hacer a tu edad o por lo menos no con tu cara -le aduló suavemente- ¡Entonces! -dijo con un nuevo ánimo- Si lo piensas bien, realmente es mi culpa que te perdieras -y antes de que lograse refutarle, de un salto se levantó, estiró sus brazos como si se quitara la pereza- Me sentiría mal si yo no te invitara ¿Qué se te antoja? ¿El antojo del café o el antojo del helado? -en ese momento sonó su celular- Disculpa -contestó- Catrina Viper al habla... ¡Oh! Si, su marca.... Si llama al estudio, no tendría problema de ser la modelo de su marca -asintió con fuerza, con una suave sonrisa- ...hablaremos entonces... Hasta luego -colgó y observó al chico- Lamento la interrupción.

Sonríe al sentir como le acaricia el pelo y le soba la mejilla cierto, es una palabra fea y no creo que yo pueda utilizarla correctamente ríe a veces olvido que edad tengo ríe otro poco, observa como se estila y se levanta veamos ¿café o helado? Andec se queda viendo los locales, cuando escucha el sonar del teléfono de ella Contesta, no ahí problema Sigue observando los locales tratando de decidirse, las dos cosas se le antojaban, un café helado o un helado de café, podría ser. Andec logra escuchar el momento que ella contesto y un poco de su corta conversación, es algo irrespetuoso, pero todo eso lo hacia en automático, no podía evitarlo. El nombre confirmo sus dudas sinceramente, se me antojan las dos cosas, optaría por el café, pues es un buen acompañante para tener una conversación grata, pero al parecer creo la necesitan y estará ocupada, así que… comamos un heladoAndec se levanta con las mismas energías que ella lo hizo, y con una sonrisa en la cara

- No... no me necesitan -le aseguró, el niño le parecía absolutamente tierno y dulce. Cuando se levanta, rodea los hombros de este con su brazo- Así que vamos por ese café y me daré gusto de algún postre -dice animada- No soy una persona ocupada, no como antes. Así que me puedo dar el gusto de tener buena compañía como la tuya y conocer la ciudad a la vez -ingresan a la cafetería.

Un mesero los lleva directo a una mesa para dos personas, de seguro el hombre debía pensar que eran tía y sobrino, hasta hermanos.

- Un café con ron -esos gustos nunca cambiaban- y un pastel de chocolate y fresas -y los antojos tampoco- ¿Y tú? -repara en algo demaciado obvio- Yo soy Catrina Viper ¿Y tú? -le dijo divertida al no haberse presentado antes.

Que bien Una sonrisa ligera se muestra en la cara de Andec al saber que tendría una buena conversación. Siente como es rodeado por los brazos de ella. Empezando a caminar, cruzan la calle entran al local. Un elegante lugar pero a la vez típico. La cafetera antigua de metal. Mesas, muebles de madera y ese embriagador aroma para muchas personas, café. El mesero nos lleva a una mesa y la atiende primero a ella ¿café con ron? le pregunto un poco asombrado eso me gustaría probarlo, yo quisiera uno igual Andec le dice a catrina, luego observa al mesero y este lo mira serio, desconcertado. Andec cambia su mirada igual, serio, ante el Yo quiero un café capuchino el mesero anota la orden y se va. Voltea a ver a Catrina, sonriendo oh! disculpa mi mala educación ríe yo me llamo Andec. Le da la mano Encantado de conocerla, señorita Viper

Suelta una risa divertida al ver como el mesero se pone. Guarda silencio para ver como actuará el joven. Niega resignada, era imposible ese trato, estaba seguro que no le haría daño al chico ni un poco.

- Llámame Catrina, estoy segura que no hay mucha diferencia de edad entre los dos -dijo divertida- Y vamos ha hacer algo, yo te daré mi café -no deja que le interrumpa- para que así puedas probarlo. Yo lo tomo todo el tiempo, así que no hay problema. Otro café que debes buscar es el que tiene amareto, es delicioso.

Por ser un pedido tan rápido, el mesero llega con los pedidos, cuando se retira, Catrina cambia los cafés.

- Extraño la época en que "el cliente siempre tiene la razón" era verdad -le señala el café, apoya sus codos sobre la mesa y su rostro sobre sus manos, le sonríe interesada- Dime si te gusta ¿si?

Andec la observa con cuidado y detalle, escuchando su proposición, recordando su recomendación. El chico asiente con la cabeza sobre la propuesta. El mesero pone los cafés en la mesa, se retira y Catrina cambia los cafés. bueno probemos le sonríe, toma un poco del café, saboreando el sabor, degustando la sensación Yo también extraño esa época toma otro poco esta excelente, si me gusto sonríe espero no volverme adicto, a mi edad es malo ingerir alcohol, bueno eso dicen los adultos ríe, toma otro poco, al momento de colocar la taza en la mesa, la vista del chico se cruza con la de ella. Los ojos de ella eran misteriosos, su color gris-plateado envolventes. Andec se conecta con la mente de ella, empieza a ver su vida imágenes que pasaban a gran velocidad, El chico parpadea lentamente, tratando de no ver sus recuerdos, su intimidad, solo buscaba información, no quería invadir su privacidad. Una escena, un mensaje, ella apareciendo en un café acercándose a Arthur, bingo, había dado con la información adecuada. Andec no puedo observar más, una sombra invadió la escena, entrando en la mente del chico, en lo físico, se podría notar como se nublaban los ojos de Andec. El desvía la mirada, perdiendo la conexión con la mente de catrina lo siento dice bajo, sus respiración se había vuelto un poco agitada, su “corazón” latía a un ritmo alto Disculpa, tengo que ir… al baño Andec se levanta de la mesa y se va al baño. "Todo individuo tiene defensas mentales" recuerda.

Suelta una pequeña risilla, negando divertida ante lo que decía. A lo cual, sus ojos se entrecerraron disfrutando aquello.

- Si te comienza a dar adicción al alcohol ¡Me sentiré responsable! -le dice, aun, en tono jocoso, saca de su abrigo una tarjeta persona y se la extendió- Pero si te das cuenta que comienza a pasar, me haré responsable -le guiñó un ojo confidencialmente- o celebraremos con otro café.

Al sentir la mirada de un rostro tan inocente, se ablanda, se despreocupa y no se percata de nada en un inicio. Realmente, aquella frase de "de quien menos lo esperas... esperalo todo" debío aprenderlo mejor.

Por un momento sintió un escalofrío, ya que sus poderes se habían activado de forma inconciente, gracias a las runas que habían sido puestas en ella. Claro que, Catrina no se había percatado tampoco el porque de lo ocurrido, claro que era dudoso.

- ¿Cariño? -se preocupó al notar su repentino cambio ¿Sufría de alguna enfermedad?- Claro pero si necesitas ayuda, solo llámame -le pide antes de verlo retirarse.

Por un momento se queda quieta, meditabunda y suspira resignada. Realmente podía ser una curiosa, señaló a una de las sombras cercanas al baño e hizo que siguiera al chico disimuladamente, para saber que le ocurría.

[[Disculpa la ausencia]]

Dos tipos de aspecto sombrío, se levantan de la mesa contigua al corredor de los baños y se dirigen a este. Andec entra al baño un poco agitado, se remanga la sudadera y llega donde están los lavamanos, se recarga con las manos y observa su reflejo sombras… suspira, abre el grifo dejando el agua correr, echándose un poco a la cara eso fue escalofriante… pero, las sospechas son ciertas, “el” se encuentra en la ciudad, malditos antiguos, como se enteran de todo rezonga, agacha la mirada, echándose otro poco de agua, tapándose la cara con las manos "estúpido mocoso, lárgate de esta ciudad, olvida tu misión, deja en paz al amo o si no, te destruiremos" Andec apenas pudo reaccionar ante la voz; por lo ocurrido con catrina sus poderes se encontraban débiles. Un gran golpe retumbo en la espalda de chico, aventándolo contra los lavamanos y el espejo, por la intensidad estos rompiéndose tsk… Andec se levanta de los escombros enojado, una hilo de sangre escurría de su frente, desviándose en los parpados de su ojo izquierdo, siguiendo su paso morirás Andec se limpia con la mano izquierda, pero la sangre brotaba con poca intensidad, la regeneración de heridas no era su fuerte. El individuo que lo golpeo se abalanza para dar otro golpe, Andec estira la mano asía enfrente, luego cerrando el puño. El tipo es paralizado, mientras su cuello se empieza a ejercer una gran presión asfixiándolo. Un navajazo en su brazo hace que pierda el contacto telequinesico* con el individuo, luego una patada lo avienta asía los cubículos "pobre mocoso" dos individuos, dos golpes, fue suficiente. Andec se levanta aun mas enojado cruza su mirada con uno de los individuos y luego con el otro. Los tipos se empiezan a pelear entre ellos, en su mente parecía que estaban pelando con Andec, el chiquillo los había hipnotizado. El mas fuerte de ellos topa al otro por el cuello y con su mano libre le atraviesa el corazón, matándolo ja! Idiota el tipo que quedaba se dio cuenta de lo que en verdad había ocurrido, asustándose al ver a Andec. La cara del niño denotaba odio y furia, su aura frialdad. Andec estira ambas manos en dirección del individuo, este es paralizado nuevamente, y empieza a levitar yo siempre cumplo mis misiones Andec cierra los puños, y el cuello del tipo es triturado, muriendo. Andec se tranquiliza, cae con una rodilla al suelo y sosteniéndose con la otra mano, estaba exhausto, observa que su brazo a un sangra, se la cubre con la manga de la sudadera al igual se pone el gorrito y los lentes. Sale del baño y empieza a caminar rápido asía la mesa donde se encontraba catrina, con su mente controlaba el sangrar de sus heridas, pero, al salir del baño, tuvo que hipnotizar a cada persona que lo viera, para pasar desapercibido, la sangre empezaba a brotar de su mente 1..2..4..6..9… llega rápido a donde catrina lo siento Catrina, tengo que irme saca una tarjeta con su nombre “Andec Frost” y la pone en la mesa, mechándola un poco de sangre, camina fuera del local 14…20..24… cruza la calle, se encontraba mareado

[[Fue largo... o_O espero compense, lo tardado]]

Toda la escena que gracias a las sombras había visto en su mente había sido asombrosa. Por un momento, esa necesidad de cuidar al muchacho, la ganó y se había levantado, pero al ver sus poderes se quedó admirada y volvió a sentarse.

"Un vampiro..." pensó para sus adentros, admirada.

Al rato, el chico llegó a la mesa, al leer la tarjeta, se quedó estática por un segundo.

- Frost -dejó el dinero en la mesa y se levantó, siguiendo al "chico".

Al principio no supo hacia donde ir, pero el aroma de la sangre lo llevó rápidamente hacia donde se encontraba el vampiro, que se veía muy débil.

- "Lo siento" nada -murmuró, apoyando su mano en la espalda del chico- te dieron muy duro -sin permitirle hacer nada, lo lleva a un callejón, lo levantó y lo sentó sobre un bote de basura sucio- Muy bien -le quita la gorra- vamos a curarte, chico Frost -se mordió la muñeca, rasgándosela y la sangre comenzó a brotar con fuerza. La apoyó sobre las heridas de su frente para que su sangre lo curara